CDC: "Economía familiar sigue siendo gran deuda pendiente"

Focalización del subsidio al gas, aumento en la tarifa eléctrica y con el deprimido poder adquisitivo, así inicia el año para las familias salvadoreñas.

Apenas han transcurrido unos días y el 2011 ya se perfila como otro año difícil para las y los consumidores. En las primeras semanas del año, las familias salvadoreñas ya se han "desayunado" con aumentos en el precio de la harina, el precio del frijol y los alimentos siguen elevados, ha sido aprobado un nuevo incremento en el servicio de energía eléctrica (que rondará en promedio el 8.3%) y a todo eso hay que sumarle la inminente entrada en vigencia de la focalización del subsidio al gas, a partir de febrero.

El Centro para la Defensa del Consumidor, en conferencia de prensa, dio a conocer un análisis de esta situación, pero principalmente en lo concerniente al impacto que conlleva la focalización del subsidio al gas, ante lo cual la organización es clara en afirmar que NO está de acuerdo CON EL METODO DE CONSTRUCCION que se ha utilizado para la focalización, ya que el mismo ha estado plagado de poca transparencia, falta de claridad para con la ciudadanía y casi nula consulta hacia la sociedad civil y también previendo los problemas que implicará la falta de capacidad institucional para su ejecución efectiva.

Nayda Medrano, directora ejecutiva del CDC, explicó que "los subsidios son aquellas prestaciones asistenciales de carácter económico, realizadas por un gobierno que, consideradas como medida social, logran garantizar derechos básicos y fundamentales para sostener una vida digna".

Sin embargo, en El Salvador, la política de los subsidios fue deteriorándose, debido al papel cada vez más débil del Estado, que ha sido incapaz de subsanar las necesidades de la población, ya que su papel principal ha sido garantizar la apertura de los mercados y proteger los intereses de las grandes empresas que no pagan los impuestos que deberían, lo que a la larga ha generado un proceso de crisis de las finanzas públicas que han vuelto insostenibles ciertas políticas de subsidios para los sectores que más lo necesitan.

Para el CDC, el Gobierno no ha definido con la claridad suficiente las formas en que cubrirá a los pequeños negocios de comida preparada, que, en su mayoría pertenecen a la informalidad; ya que lo más probable es que utilicen las presentaciones de consumo final y, por tanto, dependan del subsidio para mantener sus costos.

El problema consiste en que dichos negocios, que se ocupan de preparar comida, no sólo representan una forma de subsistencia para las familias de escasos recursos que no encuentran mejores oportunidades en el sector formal de la economía, sino, a la vez, constituyen una Red de Protección Social Informal que ayuda a cubrir el costo de vida de la clase trabajadora en El Salvador que, durante años, ha tenido salarios bajos de manera constante y sistemática sin ningún tipo de justificación razonable por parte del Gobierno o las empresas.

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