Posicionamiento del CDC ante la propuesta de establecer una tasa máxima de interés para las tarjetas de crédito.
Antecedentes
Los programas económicos implementados en los años 90 otorgaron protagonismo a los mercados internacionales, privatizaron empresas estatales y garantizaron libertad absoluta al capital financiero.
Los altos niveles de apertura tuvieron como consecuencia el dominio que actualmente poseen empresas transnacionales en este sector, en el cual el dinero ha dejado de constituir un simple medio de intercambio para ser un instrumento de valorización del capital, en función de la acumulación y concentración de la riqueza generada, en esta dinámica juegan un papel primordial las tarjetas de crédito.
Ley de Sistema de Tarjetas de Crédito LSTC
La LSTC fue aprobada por la asamblea legislativa el 12 de noviembre de 2009, después de un intenso debate por establecer un limite a la tasa de interés que beneficiaría a personas usuarias. Esta propuesta contó con la oposición de diferentes entidades de Gobierno y gremiales privadas, las cuales justificaron su postura en el riesgo de escasez y restricción del crédito frente a una regulación de mercado.
Finalmente el artículo 19 de la Ley establece que corresponde a la Superintendencia del Sistema Financiero, la elaboración y definición de una metodología de cálculo de la tasa, misma que debe reflejar elementos como la consecución del beneficio de las personas consumidoras e información veraz.
Situación actual del mercado de tarjetas de crédito en El Salvador
El sector de las tarjetas de crédito en El Salvador es considerado uno de los nichos más rentables para el sistema financiero. Actualmente posee un aproximado de 700 mil tarjetas en circulación, una oferta de 159 tipos de este producto crediticio y un total de 7 instituciones emisoras1.
Los limites de crédito disponibles oscilan entre $150 y $15,000 y, las tasas de interés van desde 0% hasta el 55.90% para febrero de este año. Estos factores generan que los rendimientos operativos relacionados con las tarjetas de crédito alcancen el 17.6%, muy por encima del 5.8%, 8.2% y 5% de rendimientos generados en las operaciones con el sector vivienda, el de los créditos para el consumo y el resto de operaciones bancarias respectivamente2. (Gráfico 1). Este sector además, presenta tasas de crecimiento anuales hasta de 23% frente a un 1.1% de crecimiento del resto de operaciones bancarias en el país.
La rentabilidad de las tarjetas de crédito en El Salvador representa el 24.7% de los rendimientos de cartera de las entidades bancarias, mientras el rendimiento asociado a la cartera empresarial apenas alcanza el 9.22% según la información más reciente de la Superintendencia de Competencia3. (Gráfico 2).
En 2009, fue aprobada la Ley del Sistema de Tarjetas de Crédito, marco jurídico que regula a este mercado y que no considera limites o techos a las tasas de interés. La disposición metodológica para el establecimiento del nivel de interés fue adjudicado a la Superintendencia del Sistema Financiero, bajo la premisa de que el mercado no debe ser regulado y que la libre competencia sería capaz de garantizar tasas adecuadas para las y los consumidores.
Es claro que la competencia como mecanismo de ajuste del precio del dinero plástico no juega a favor de las y los tarjetahabientes, las reducciones que han sufrido las diferentes tasas de interés para la diversa oferta de tarjetas de crédito es poco significativa en términos de poder adquisitivo. Aún es posible encontrar tasas de interés que alcanzan el 55.90% de tasa de interés efectivo anual.
El gráfico 3 permite observar la evolución de la tasa de interés para tres tarjetas con un limite de crédito de $200, $1000 y $ 5000. La variación de la tasa de interés para los tres casos presenta una tendencia negativa dos años después de la aprobación de la ley y con márgenes mínimos de reducción, que en ninguno de los casos alcanza el 3%4.
El último estudio sectorial de la Superintendencia de Competencia concluye que el mercado de tarjetas de crédito en El Salvador presenta indicadores de concentración alarmantes para los casos de número de tarjetas, montos otorgados y saldos adeudados. (Gráfico 4). Según la misma instancia de gobierno, este panorama dificulta los niveles de competencia y genera mala calidad en el servicio, precios altos y falta de innovación en el sector.
Ante la situación descrita, el CDC recomienda:
- A la Asamblea Legislativa, que establezca una tasa de interés máxima, que se enmarque en la consecución del beneficio de las personas usuarias y no a favor de garantizar a las instituciones emisoras de tarjetas de crédito excesivos márgenes de ganancias.
- Al Ejecutivo, que la Banca de Desarrollo, funcione bajo principios de transparencia, solidaridad y equidad que permitan una transformación del sistema financiero.
- Que el tema de la usura, se regule en un capítulo de la Ley de Protección al Consumidor, asimismo se configuren como delito las prácticas de usura.
- Debe retomarse la discusión de la aprobación de la Ley Especial de Protección de la Persona en Situación de Insolvencia.
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