Violencia económica en las mujeres

Una de las expresiones más claras de la violencia contra las mujeres es la económica, ya que invisibiliza el aporte al desarrollo del país.

Con el propósito de informar, discutir y ampliar sobre el tema el Instituto de Investigación, Capacitación y Desarrollo de la Mujer (IMU) realizó este vieres 4 de abril un conversatorio, sobre los efectos de la violencia económica en la vida de las mujeres en El Salvador, con la participación de asociaciones de mujeres de desarrollo comunal, entre otras invitadas.

Las ponencias estuvieron a cargo de: Ledy Moreno, de ORMUSA; quien disertó sobre "El trabajo del cuidado no remunerado"; Armando Flores, del CDC, se refirió a "Salario y canasta básica". Por su parte, Clelia López, expuso acerca de los "Créditos solidarios en el actual modelo económico" y Gloria María Araque; de la Organización Internacional Progressio, estuvo a cargo de la introducción con el tema violencia económica.

Armando Flores del CDC, presentó un estudio elaborado por la institución, sobre la canasta de mercado, la canasta básica; el salario mínimo, en el área urbana y en las maquilas, también sobre el incremento de precios en los productos básicos como el frijol, arroz, harina, leche, etc..en el periodo post Acuerdos de Paz, hasta la fecha.

En el período de la administración del gobierno Saca, en el 2004, el salario mínimo en el sector comercio y servicios era de $ 158.40, y la canasta básica se adquiría con $ 128.19 y quedaban $30.21 para cubrir el costo de los servicios básicos y otros bienes.

El salario mínimo del presente año (2008) es de $183 y el costo de la canasta básica de $159.90, con una diferencia de $2.10, lo que no alcanza para sufragar otros pagos, ni mucho menos para una nutrición digna.

Con relación a las tarifas de los servicios como agua, luz, y telefonía en 1992 se pagaba $13. 62 y para el 2006 $63.05, lo que significo un incremento de $50.33.

Esta crisis afecta a las mujeres quienes son la población más vulnerable y representan el 53% de la que habitan en nuestro país.

Con estos salarios, obviamente marginales, las mujeres que en un 87.5 % son jefas de hogar, no logran cubrir con sus ingresos el costo de los bienes y servicios necesarios para vivir.